miércoles, 28 de julio de 2010

Julián Caballero Vacas


Julián Caballero Vacas (1894-1947), fundador entre otros del Partido Comunista en Villanueva de Córdoba, fue alcalde de su pueblo con el Frente Popular, hasta finales de la guerra civil. Al terminar la guerra huyó a la sierra con un grupo de comunistas combativos y se convirtió en un dirigente mítico en toda la zona sur. Era el jefe político general de la 3ª Agrupación Córdoba, resistente antifranquista y defensor de las libertades democráticas y republicanas. Este acto fue realizado en la Umbria de la Huesa en el termino de Villaviciosa, Córdoba, lugar donde las fuerzas franquistas lo mataron a él y a su partida de guerrilleros, (tan solo hubo un superviviente) hecho que ocurrió en la madrugada del 11 de julio de 1947.
Fuente: http://www.foromemoriacordoba.org/


El penúltimo soñador de las guerrillas de Sierra Morena

Julián Caballero Vacas fue bracero desde la infancia, aprendió a leer y a pensar en los centros obreros, despertó a los valores de la última República y murió peleando por su reinstauración.
EL solar número dieciocho de la calle Independencia era un erial, entonces a las afueras de Villanueva de Córdoba, cuando Miguel Caballero alzó su casa en el último tercio del mil ochocientos. Se casó con Marina Vacas, echaban peonás en el campo y tenían hijos del lado de quienes sólo poseían los brazos para trabajarle a los dueños de las tierras. De los siete, sólo sobrevivirían cinco, los más fuertes. Julián fue uno de ellos.

Nacido en 1896, las agitaciones campesinas de primeros del siglo XX corrieron paralelas a su juventud; también la presencia de centros, agrupaciones y federaciones obreras, ricas en propaganda, mítines y textos políticos, que le despertaron al compromiso con la izquierda. Así, durante el Bienio Negro fue encarcelado por la CEDA en 1935, mientras su joven paisana María Josefa la Mojea mantenía las primeras luchas feministas representando a Córdoba en el congreso de Valencia del 37. Para entonces, Julián había contraído matrimonio civil con Dolores Castillo y era padre de Marina, Alfonsa, Miguel y Ernesto (nacido durante el encarcelamiento). En febrero de 1936, nace la última hija, Dolores, mientras Julián se convierte en el primer alcalde comunista de Villanueva de Córdoba. En julio, con la sublevación, ordena detener a falangistas y miembros de la CEDA, tras un intento de diálogo; pero las calles del pueblo se convierten en campo de batalla y los republicanos terminan dispersos por el entorno.

El 24 de julio, Julián Caballero recupera el sillón de la Alcaldía; Dolores encuentra su casa de alquiler desmantelada y la sublevación sigue cobrándose víctimas. Al llegar los primeros meses del 39, es nombrado comisario político en el frente de Pozoblanco; en abril se queda en la guerrilla, su mujer en la cárcel, los niños con los abuelos casi centenarios y la pequeña Marina deambulando, tres días, hasta que la recogen las monjas de Cristo Rey, junto a su hermana.

En 1940, cuando la mítica entrada de los guerrilleros por el Valle de Arán, llevaba cuatro años en el Maquis: recorriendo cerros, intentado adoctrinar a los campesinos, sin dormir nunca bajo techo, protegido por algunos y traicionado por otros. Los Parrilleros estuvieron integrados un tiempo en su partida. De ese periodo, recordaba Manuela Díaz la Parrillera cómo su fortaleza física le salvó de las graves heridas sufridas en las ruinas de un cortijo, al ser sorprendidos tomando un cocido. Manuela y la Mojea le curaron al modo de los guerrilleros: aplicándole cataplasmas de hierbas cocidas, en brasas sin llama ni humo que delataran su presencia.

En 1945 es elegido en asamblea, con Dionisio Tellado, jefe de la Tercera Agrupación Guerrillera de Córdoba, con María Josefa como ayudante del Cuartel General, según el organigrama que Moreno Gómez publica en 1987, donde recoge la perfecta estructura de aquel ejército de militantes, divididos en partidas de "unos siete hombres". "Tres guerrillas formaban un batallón -20 hombres-, y tres batallones, una división", relata. En la noche del 10 al 11 de junio de 1947, la 3ª División preparaba en La Huesa de Villaviciosa el encuentro en el que Julián Caballero (52 años) sería abatido a tiros, junto a María Josefa (42 años), y tres compañeros más.

Los hechos de la finca La Huesa quedaron en la memoria de Mateo, entonces un chiquillo, debatiéndose entre las dos aguas posibles: el Maquis y la antiguerrilla; "…estábamos en la era el cabrero y yo cuando llegaron los civiles disfrazaos de rojos y me pusieron la pistola…Al día siguiente nos llevaron a la choza donde habían matáo a Caballero. Aquéllo estaba tupío de guardias, unos vestíos de rojos y otros de uniforme. Estaba el matrimonio (los dueños de la choza), los cuatro hermanos y una hija joven. Nos ataron primero por las muñecas y luego por los brazos. Íbamos nueve, tós seguíos, el cabrero, los cinco hermanos, el padre, un rojo que habían cogío y yo; a la madre la dejaron allí, porque estaba vieja, y a los muertos los cargaron delante, en bestias".

Coincide la memoria de Mateo con los datos de Moreno Gómez: dos de ellos fueron enterrados en Villaviciosa y un tercero en Pozoblanco; Julián y La Mojea fueron trasladados a Villanueva y expuestos en la plaza en donde -recordaría La Parrillera-. El del Lunar se cebó con el cadáver de aquella mujer que murió peleando y cumplió la última consigna: suicidarse, tras rematar a sus compañeros. Ernesto Caballero, que tenía 12 años, confirma esa versión: vio la herida en el ojo derecho de su padre, el segundo tiro en la frente y el de la sién en ella; también los signos de haber sido golpeado y arrastrado por el campo después de morir. Y vio a las gentes de su pueblo subir al cementerio, guardando una fila tan respetuosa como su silencio; quizá porque como dice Moreno "…Villanueva no había apagado todavía un sentimiento de aprecio por su antiguo alcalde".

Dolores, considerada "madre soltera" y "amancebada" porque su matrimonio era civil, buscó sendas cajas para Julián y Josefa y con ellas fueron echados a la fosa común; y cuando a finales de los sesenta le propusieron rescatarlos y darles "cristiana sepultura", ni quiso ni pudo hacerlo. Sus restos quedaron en el huesario del camposanto, y su memoria se esculpió en un monumento en Villanueva, junto a la de otros soñadores que acariciaron la utopía.
Fuente: Matilde Cabello, http://www.eldiadecordoba.es

ANTONIO GARCIA COPADO

Escritor, nació en Villanueva de Córdoba en 1914. Miembro de la Real Academia de Córdoba, en 1950 obtiene el Premio Gibraltar de poesía. En 1956 deja España por motivos políticos y, tras pasar por Venezuela y Puerto Rico se establece definitivamente en Nueva York. Amigo de Eloy Vaquero, colabora en la revista Mensaje que éste funda. Pese a haber escrito tanto novelas como libros de cuentos y obras teatrales, en su obra literaria destaca la poesía, a menudo de temática social y denuncia y en ocasiones con versos que reflejan los recuerdos de su tierra. En Nueva York es reconocido con el premio del Círculo de Escritores y Poetas Hispanoamericanos en 1959 y se le otorga la Medalla de Oro con motivo del Día de la Hispanidad. Fallece en Nueva York en 1991.

OBRA
Poesía:
•1946. Héroes de España
•1947. Dolor en la muerte del Califa. Sonetos a Manolete
•1952. La rosa cautiva
•1959. Canción del amor imposible
•1962. Canción de la ausencia irremediable
•1965. Ofrenda lírica a Villanuva de Córdoba
•1972. Recóndito llano
•1977. Amor a Puerto Rico
Prosa:
•El desconocido (novela)
•El enemigo Pirulí: mi perro puertorriqueño (libro de cuentos escrito en 1984)
Teatro
•La voz de la sangre
•Sangre gitana
•Caritina (opereta)
Fuente: http://wikanda.cordobapedia.es/

martes, 27 de julio de 2010

JUAN OCAÑA TORREJÓN


Juan Ocaña Torrejón (Villanueva de Córdoba, Córdoba, España; 1894 - Villanueva de Córdoba, 1988), escritor e historiador nacido en la localidad cordobesa de Villanueva de Córdoba, condecorado con la Gran Cruz de Alfonso X el Sabio.

Biografía:
Nació en Villanueva de Córdoba en 1894 y siempre fue la viva imágen del erudito local abierto y amante de la historia, sobre todo de la relacionada con la comarca de Los Pedroches. El interés por la historia es algo que heredó de su padre, Juan Ocaña Prados, insigne historiador de la localidad de Villanueva, aunque nacido en Móstoles. Fue éste último quién escribió la Historia de la Villa de Villanueva de Córdoba en 1911.

Juan Ocaña Torrejón compaginó su labor de cronista e historiador local de la villa con su profesión de maestro, que ejerció durante más de medio siglo, sobre todo en su pueblo natal. Escribió varios libros, algunos de ellos fundamentales para el conocimiento de la historia de la comarca de los Pedroches.

Su primer libro, escrito en 1947, trató sobre La Dehesa de la Jara y a éste le siguieron, entre otros, su Historia de la villa de Pedroche y su comarca, publicado en 1962 y premiado por la Real Academia de Córdoba, institución en la que el autor ingresó como académico numerario en 1970. Dos años después, en 1972, publicó el Callejero de Villanueva de Córdoba, auténtico manual de historia sobre la población.

En 1975 fue publicada su Historia de la Villa de Conquista, también premiada por la Diputación de Córdoba, a la que dos años después le siguió Villanueva de Córdoba en el siglo XIX, datos históricos. Éstos y otros libros fueron alternados con numerosos artículos en el Boletín de la Real Academia de Córdoba y en otras revistas, que divulgaban aspectos históricos, artísticos o costumbristas de la comarca de Los Pedroches. Un antecedente juvenil de su vocación historiográfica fueron sus colaboraciones en periódicos jarotes, tales como Escuela y despensa y Patria, o El cronista del Valle, que se publicaba en la vecina localidad de Pozoblanco. Aquella vocación periodística se consolidó más tarde con la dirección, entre 1923 y 1935 del periódico Villanueva. También emprendió y alentó numerosas iniciativas culturales en la localididad de Villanueva de Córdoba. Durante la II República fundó la "Peña Artística",en 1958 organizó una exposición de Artes y Oficios en el colegio "Moreno de Pedrajas", e impulsó la creación de la Asociación de Antiguos Alumnos de dicha escuela de Villanueva de Córdoba. En 1970 contribuyó a la puesta en funcionamiento de la Biblioteca Municipal de su pueblo natal, recién inaugurada.

Por todo lo anterior, fue distinguido con la Gran Cruz de Alfonso X el Sabio y en 1982 el Ayuntamiento de su localidad le nombró "Hijo Predilecto de la Villa". Tuvo tres hijos de su matrimonio con Isabel Doctor Moreno. Falleció en 1988, en Villanueva de Córdoba, a los 94 años.
Obras
Libros:

* Ensayo sobre revisión española de los tets Claparède (1924)
* La dehesa de la Jara (1947)
* Historia de la Villa de Pedroche y su comarca (1962)
* La Virgen de Luna, bosquejo histórico (1962)
* Moreno de Pedrajas y el hospital Jesús Nazareno de Villanueva de Córdoba (1968)
* Callejero de Villanueva de Córdoba (1972)
* Historia de la Villa de Conquista (1975)
* Villanueva de Córdoba en el siglo XIX (1977)
* Villanueva de Córdoba, apuntes históricos (1981)

Artículos:

* Apodos de los naturales de los Pedroches. Boletín de la Real Academia de Córdoba. Nº 81. (1961)
* Del lenguaje en los Pedroches. Boletín de la Real Academia de Córdoba. Nº 85. (1963)
* Túmulos en los Pedroches. Boletín de la Real Academia de Córdoba. Nº 87. (1967)
* Las bodas de antaño en el Valle de los Pedroches. Revista "Omeya", editada por la Excma. Diputación Provincial de Córdoba. Número 11. (1968)
* Alrededor de una tradición (la reina Cava de Pedroche). Revista "Omeya", editada por la Excma. Diputación Provincial de Córdoba. Número 12. (1968)
* Don Acisclo de Moya y Contreras (obispo de Vich y arzobispo de Valencia). Revista "Omeya", editada por la Excma. Diputación Provincial de Córdoba. Número 14. (1970)
* Belalcázar y sus hombres. Revista "Omeya", editada por la Excma. Diputación Provincial de Córdoba. Número 15. (1970)
* Caminos Viejos de los Pedroches. Discurso de recepción como académico numerario de la Real Academia de Córdoba y contestación por el Ilmo. Sr. Don Rafael Castejón, director de la misma. (1970)
* Isabelinos y carlistas en los Pedroches (dos hechos de armas en 1835). Boletín de la Real Academia de Córdoba. Número 47.
* Leyendas de los Pedroches. Discurso leído el 11 de octubre en el solemne acto de apertura del curso 1973-1974 en la Real Academia de Córdoba. Boletín de la Real Academia de Córdoba. Número 97.
* El castillo de Santa Eufemia (con Addenda sobre él por Don Rafael Castejón). Boletín de la Real Academia de Córdoba. Nº 93. (1973)
* El obispo de Cuzco, Don Melchor de la Nava, natural de Torremilano. Revista "Omeya", editada por la Excma. Diputación Provincial de Córdoba. Número 21. (1974)
* El arzobispo de México Don Pedro de Moya y Contreras. Presentado a la Real Academia de Córdoba en 1975.
* Villaharta (breves apuntes para su estudio histórico). Boletín de la Real Academia de Córdoba. Nº 100.
* Notas sobre la construcción del crucero de la Iglesia de Santa Catalina Mártir de Pozoblanco'. Boletín de la Real Academia de Córdoba. Nº 100. (1975)

[editar] Bibliografía

* Ocaña Torrejón, Juan (1981). Publicación del Ayuntamiento de Villanueva de Córdoba con la colaboración de la Excma. Diputación Provincial de Córdoba (ed.). Villanueva de Córdoba: apuntes históricos, Villanueva de Córdoba.

* Ocaña Torrejón, Juan (1977). Publicaciones del Ilustrísimo Ayuntamiento de Villanueva de Córdoba (ed.). Villanueva de Córdoba en el siglo XIX (Datos históricos), Villanueva de Córdoba.

* Ocaña Torrejón, Juan (1972). Callejero de Villanueva de Córdoba (colección de datos históricos), Pozoblanco: Imprenta Pedro López.
Fuente: http://es.wikipedia.org

BERNARDO MORENO DE PEDRAJAS


Bernardo Moreno de Pedrajas Ruiz (Villanueva de Córdoba, España; 11 de marzo de 1745 - † Ibidem, 6 de octubre de 1818), sacerdote natural de la localidad cordobesa de Villanueva de Córdoba, e insigne benefactor de la misma.

Biografía:
Nació en Villanueva de Córdoba el día 11 de marzo del año 1745 y fueron sus padres Bernardo Moreno de Pedrajas, familiar del Santo Oficio en la localidad, y Marina Ruiz Moreno, pertenecientes a familias distinguidas de la localidad. Ambos progenitores dieron a su hijo una educación cristiana, inculcándole valores piadosos.

Ya en su infancia demostró poseer gran inteligencia, así como sentimientos piadosos. Su aplicación al estudio, su natural bondadoso y su trato afable le granjearon el aprecio de sus vecinos e hicieron concebir a sus padres esperanzas sobre el porvenir del niño, que se distinguía entre los demás por su talento y nobles acciones. Mostró también desde pequeño afición a la carrera sacerdotal y le gustaba mucho asistir a los actos religiosos y ayudaba en misa constantemente a su tío, el sacerdote Bernardo Moreno, que fue quien lo bautizó, y por ello, sus padres, al ver que tenía vocación para el sacerdocio, dispusieron que ingresase en el Seminario San Pelagio de Córdoba, en octubre de 1761, cuando contaba 16 años de edad.

Allí estuvo cuatro años, manteniendo una excelente conducta y siendo muy apreciado por sus profesores y por el obispo de la diócesis, Martín de Barcia. En diciembre de 1765 abandonó el Seminario de San Pelagio y se matriculó en el seminario de Sigüenza, donde permaneció cuatro años, estudiando Filosofía y Letras. Después regresó a Córdoba, donde terminó los estudios de la carrera sacerdotal con singular aprovechamiento, según consta en una nota colocada en el libro-registro donde fue inscrito al reingresar en el seminario. Terminada la carrera de un modo tan sobresaliente, fue nombrado pasante del seminario, hasta que en 1773 se le concedió el cargo de cura rector de la iglesia de Santiago, por haber obtenido la calificación más elevada en las oposiciones. También hizo oposición a la beca del colegio de San Antonio de Sigüenza, cuyo patronato ostentaba el Cabildo de Córdoba, obteniendo un triunfo, lo que evidencia la ilustración e inteligencia del sacerdote cordobés, cuya principal aspiración era ejercer su sagrado ministerio entre sus propios vecinos.

En 1773 fue designado cura rector de Villanueva de Córdoba y cuatro años después fue nombrado vicario de la localidad, cargo que ejerció hasta su muerte. Durante los cuarenta y cinco años en los que estuvo al frente de la Iglesia de San Miguel Arcángel fue un modelo de sacerdotes y todos sus feligreses le estimaban. Contribuía también a ello su generosidad desinteresada. Durante su estancia en Villanueva de Córdoba, procuró suavizar y hacer desaparecer las disputas que se habían iniciado en 1773 en el seno de la Hermandad de la Virgen de Luna, del mismo modo que procuró fomentar el desarrollo de otras cofradías de la localidad, tales como la Cofradía de Nuestra Señora del Rosario, la de San Sebastián, la de San José, la de San Isidro, la de San Gregorio, la del Ángel de la Guarda, la de Ánimas, la de la Aurora, la de la Caridad, así como algunas otras, todas ellas desaparecidas en la actualidad.

Una de sus mayores preocupaciones fue la de sostener e intensificar la Hermandad conocida como la Santa Escuela de Cristo, que fue fundada y autorizada para toda la provincia de Córdoba por el obispo de Córdoba en 1677. La Santa Escuela de Cristo existió en Villanueva de Córdoba hasta bien entrado el siglo XX. Estaba compuesta por doce miembros, en memoria de los Doce Apóstoles, y celebraban sus cultos en la Ermita de Jesús de Villanueva de Córdoba, que estaba situada en la Calle Real. Los hermanos, como penitencia por sus culpas se disciplinaban o azotaban.

Habiendo ordenado el gobierno del país en diferentes ocasiones que los ayuntamientos construyesen cementerios en las afueras de las poblaciones, y habiendo sido ignoradas tales órdenes en Villanueva de Córdoba, en la que aún continuaba enterrándose a la gente en los templos o en sus alrededores, construyó a sus expensas el Cementerio de San Gregorio en 1813, y la ermita de San Gregorio de la localidad sirvió como capilla del nuevo cementerio. Dicho cementerio fue clausurado en 1906, reinando Alfonso XIII, cuando fue inaugurado el actual, ubicado en otra parte de la población.

El 27 de agosto de 1817, a los 72 años y hallándose enfermo, otorgó testamento, en el que entre otras muchas disposiciones, ordenaba que sus albaceas fundasen un hospital en su municipio natal para atender a los enfermos de la población, el cual debía regirse por la misma regla por la que se regía uno similar establecido en la cercana villa de Pozoblanco. Para contribuir al mantenimiento del hospital dejaba todas sus fincas, detalladas en su testamento.

Aún conservaría la vida durante otro año y al fin murió en Villanueva de Córdoba el día 6 de octubre de 1818, siendo enterrado en el cementerio que él había ordenado construir. Según recoge Juan Ocaña Prados en su obra "Historia de la villa de Villanueva de Córdoba", publicada en 1911:

"Su muerte fue muy sentida y a su entierro acudió todo el vecindario, dando muestras de gran sentimiento, siendo sepultado su cadáver, según lo dispuso, en el cementerio construído a sus expensas cinco años antes, a la entrada de la capilla o ermita de San Gregorio. Una lápida negra que allí existe y cuya inscripción está muy borrosa, cubre el sepulcro donde reposan sus restos mortales"

Posteriormente, en 1906, fue clausurado el cementerio de San Gregorio de la localidad, y en 1955, al iniciarse la extracción de todos los cadáveres depositados en él, y siendo párroco de la Iglesia de San Miguel Arcángel Marcial Rodríguez Urbano, se trasladaron sus restos mortales (depositados en una pequeña caja de madera) al Hospital de Jesús Nazareno de Villanueva de Córdoba, donde aún permanecen, cubiertos bajo una lápida de mármol en la que se colocó la siguiente inscrpción:

"J. H. S. Aquí yacen los restos mortales del Fundador de este Santo Hospital Rvdo. D. Bernardo Moreno de Pedrajas, Cura Párroco de esta villa. Falleció: 6 de octubre 1818. -Se trasladó: 19 de agosto 1955. -Bienaventurados los misericordiosos porque ellos alcanzarán misericordia. -R. I. P. A."
Bibliografía

* Merchán Rodríguez, Bartolomé (1980). Publicaciones del Ilustrísimo Ayuntamiento de Villanueva de Córdoba (ed.). Cosas y Costumbres de mi pueblo, Villanueva de Córdoba.

* Ocaña Prados, Juan (1982). Publicaciones del Ilustrísimo Ayuntamiento de Villanueva de Córdoba (ed.). Historia de la Villa de Villanueva de Córdoba, 2ª edición.

* Ocaña Torrejón, Juan (1981). Publicación del Ayuntamiento de Villanueva de Córdoba con la colaboración de la Excma. Diputación Provincial de Córdoba (ed.). Villanueva de Córdoba: apuntes históricos, Villanueva de Córdoba.

* Ocaña Torrejón, Juan (1977). Publicaciones del Ilustrísimo Ayuntamiento de Villanueva de Córdoba (ed.). Villanueva de Córdoba en el siglo XIX (Datos históricos), Villanueva de Córdoba.

* Ocaña Torrejón, Juan (1972). Callejero de Villanueva de Córdoba (colección de datos históricos), Pozoblanco: Imprenta Pedro López.

* Ocaña Torrejón, Juan (1968). Moreno de Pedrajas y el Hospital de Jesús Nazareno de Villanueva de Córdoba, Pozoblanco: Imprenta de Pedro López.
Fuente: http://es.wikipedia.org

Miguel Cano Cartan, IN MEMORIAN


Cuando comenzaba el día 20 de abril, es decir a las 0,30 horas aproximadamente, fallecía en la Residencia Jesús Nazareno de Villanueva de Córdoba, el sacerdote Don Miguel Cano Cartán entregaba su alma a Dios, tras una enfermedad que le duró durante más de dos años y que en los últimos días se agravó al presentarle ictus cerebrales.
Don Miguel nació en Villanueva de Córdoba el 19 de marzo, festividad de San José, del año 1931, de familia humilde y sencilla. A corta edad ingresó en el Seminario Conciliar de San Pelagio y el 29 de Junio del año 1956, festividad de San Pedro Apostol, fue ordenado sacerdote por el Obispo Fray Albino González, celebrando su primera misa solemne en su pueblo natal el día 1 de julio.
En septiembre del mismo año comenzó a realizar su misión sacerdotal en la aldea de Cuenca, dependiente del Arciprestazgo de Fuenteovejuna. Tras algunos años en dicha aldea pasó trasladado a Fuente la Lancha y posteriormente a Alcaracejos, desde donde fue destinado a la parroquia de San Sebastian de nuestro pueblo en el año 1977 permaneciendo en ella hasta el año 2007, en que, debido a su enfermedad, fue nombrado párroco emérito.
Desde que cayó enfermo residió primero en el convento de las Obreras del Sagrado Corazón, que lo atendían y cuidaban con gran cariño y esmero, pues además el tiempo que ejerció su sacerdocio fue Capellán de dicho convento. Después pasó a la Residencia Jesús Nazareno donde falleció.
Don Miguel era un sacerdote sencillo y no dado a ostentaciones. Tenía un carácter abierto y fue muy querido, no solo por los feligreses de su parroquia, sino por todo el pueblo de Villanueva de Córdoba. Se caracterizaba por su afán de quitarle importancia a las cosas. Como dijo el Obispo de la Diócesis en su funeral, y que lo visitó en el Hospital de Pozoblanco unos días antes de su muerte, aceptaba la muerte con la paz interior y la esperanza en la vida eterna de los corazones llenos de Dios, “cuando El quiera y como El quiera”, le dijo al Prelado.
Era un apasionado del fútbol, incluso en sus años como párroco de Fuente la Lancha jugó de portero en el equipo de dicha localidad y allí consiguió la construcción de un campo de fútbol. Al llegar a Villanueva de Córdoba, enseguida, fue nombrado capellán del entonces C.D.Villanueva, y siempre que sus tareas pastorales se lo permitían no faltaba a los partidos que este disputaba. Incluso cuando en una ocasión fue agraciado con un premio de lotería, éste lo repartió entre su querido equipo de fútbol de Villanueva y las monjas Obreras del Sagrado Corazón de su pueblo.
La capilla ardiente con sus restos mortales estuvo instalada en la parroquia de San Sebastian desde la madrugada del día 20 hasta su funeral que se celebró el día 21 a las 11 de la mañana en la parroquia de San Miguel, hasta cuyo templo fue trasladado su cadáver a hombros desde la que fuera su parroquia.
Por la capilla ardiente fueron pasando durante todo el día y la noche numerosas personas que quisieron darle el último adiós a este sacerdote ejemplar que estará gozando ya de la presencia de Dios.
Como decimos el miércoles día 21 a las 11 de la mañana fueron oficiados los funerales presidiendo la Eucaristía el Obispo D. Demetrio Fernández acompañado de más de cuarenta sacerdotes y a los que asistieron una gran cantidad de fieles que abarrotaban el templo.
Llegado el cadáver a la parroquia fue recibido por el Obispo y comenzó la Eucaristía, en la que se leyeron las lecturas propias del día, las cuales, sobre todo el Evangelio de San Juan, encajaba perfectamente con el acto religioso que se celebraba, que dice así: “… porque he bajado del cielo, no para hacer mi voluntad, sino la voluntad del que me ha enviado”. Este es – debe ser – el lema de todo sacerdote y de todo cristiano.
El Obispo, Monseñor Fernández González, en la homilía, habló del ejercicio que Don Miguel había hecho de su ministerio sacerdotal y que en estos momentos se presentaba ante el Padre ofreciéndole todo ese bagaje de su vida al servicio de Cristo y su Iglesia, y también al servicio de los demás. Estamos seguros que el Señor lo habrá acogido en su seno y habrá perdonado los pecados que, como humano y pecador, haya podido cometer en este mundo.
Terminada la Eucaristía los restos mortales de Don Miguel fueron trasladados al cementerio de San Miguel, acompañados de cientos de personas y algunos sacerdotes, y enterrados junto a sus padres.
Descanse en paz este buen hombre, buen cristiano y ejemplar sacerdote, cuyas manos consagradas y por sus palabras, tantas veces trajeron a Jesús sobre el altar, perdonaron pecados en su nombre, dieron entrada en la Iglesia a tantos hermanos nuestros por medio del Bautismo, unieron cristianamente para siempre en el matrimonio a miles de hombres y mujeres, administraron a muchos enfermos y moribundos la unción crismal y encomendaron el alma de tantos cristianos en su última hora.
Fuente: Conrado Redondo, http://boletininformativolocal.blogspot.com

Justo Molinero, RESEÑA BIOGRÁFICA


Justo Molinero Calero (Villanueva de Córdoba, Córdoba, España, 1949) es un locutor de radio, presentador de televisión y empresario de la comunicación español. Preside el Grup Teletaxi, que gestiona veintiocho frecuencias de radio analógica, tres concesiones autonómicas de radio digital, cuatro canales de televisión analógica y tres canales de TDT, así como la compañía discográfica Moval Music.
Biografía
Aunque nacido en la Provincia de Córdoba, en 1967, como muchos andaluces de la época, emigró en busca de trabajo a Cataluña, donde ejerció de mecánico y, posteriormente, de taxista. En 1982, de cara al Mundial de Fútbol, puso en marcha Radio Tele-Taxi, una emisora de radio originalmente destinada a los compañeros taxistas. La emisora, con sede en Santa Coloma de Gramanet, siguió emitiendo hasta finales de 1986, cuando fue clausurada por no disponer de licencia administrativa. Un año después, Molinero y gran parte de su equipo reanudaron la actividad tras adquirir la emisora RM Radio de Mataró. En 1992, obtuvo una licencia para emitir en FM, lo que supone el resurgir de Radio Tele-Taxi.

Durante los años noventa, Radio Tele-Taxi vive un gran crecimiento, añadiendo nuevas frecuencias que le permiten cubrir toda Cataluña y otros territorios vecinos como la Comunidad Valenciana, Aragón y Andorra.

Posteriormente da el salto a la televisión local con la creación de TeleTaxi TV y, finalmente, crea su propio sello discográfico: Moval Music.

Actualmente dirige y presenta el magazine matinal El Jaroteo, espacio decano de Radio Tele-Taxi, y el programa de entrevistas Qui és qui en TeleTaxi TV.

En 2006 recibe el Premio Ondas en reconocimiento a "una amplia labor profesional y empresarial en la radio española y como creador de un formato musical innovador, que ha logrado una gran audiencia y seguimiento de los oyentes".

En 2008 participa como jurado en el concurso musical Hijos de Babel de Televisión Española.
Premios
2002: «Premio Ràdio Associació de Catalunya» “por sus 20 años de comunicación, interrelación y de integración entre la diversidad cultural que convive en una misma comunidad: Catalunya”.
2006: «Premio Especial de Radio 2006» otorgado por la Asociación Profesional Española de Informadores de Prensa, Radio y Televisión (APEI PRTV).
Premio Ondas 2006 a la trayectoria profesional más destacada
2007 recibe el Premio Cataluña de Comunicación que otorga la Asociación Catalana de Comunicación y Relaciones Públicas.
2007: Premio «Primer de Maig» que otorgan la Fundación Josep Comaposada y la Fundación Rafael Campalans.
En 2008 recibe el premio A la Labor en Medios de Comunicación de la Federación de Entidades Andaluzas en Cataluña.
Fuente: wikipedia

ENTREVISTA A FRANCISCO MORENO GOMEZ



"Los hipócritas y los tardofranquistas esta vez no van a ser los vencedores"
En pleno terremoto sobre memoria histórica, publica '1936: el genocidio franquista en Córdoba' l Ofrecerá a Garzón su libro, donde documenta a 11.561 desaparecidos en la provincia

Cuando se ha habla o se escribe sobre la guerra civil en Córdoba es casi obligado levantar el teléfono y marcar el número de Francisco Moreno Gómez. Tres décadas de investigación en archivos militares y municipales, partes de guerra, libros de registro de cementerios, cartas de soldados y milicianos y entrevistas a supervivientes de la contienda civil han dado sus frutos en forma de ocho libros dedicados casi en exclusiva a Córdoba. En estos días de intensa polémica por la memoria histórica, a las puertas de las librerías se apilan docenas de ejemplares de 1936: El genocidio franquista en Córdoba, publicado por Crítica.

-El título de su libro es contundente. Son palabras mayores o ¿es llamar a las cosas por su nombre?

-Se trata de llamar a las cosas por su nombre. Cuando se comete una matanza de gran número de personas, como ocurrió en Córdoba, eso es genocidio, al menos sensu lato. No podemos usar estos términos con relación a Argentina, Bosnia, etcétera y caer luego en un tabú con relación a España. En el siglo XXI tenemos que revisar muchos conceptos y terminología. En el pasado hablábamos mucho de guerra civil, y de manera secundaria de represión, como algo colateral. Pero la matanza no fue colateral, sino que fue el programa y el objetivo central con el que se lanzó el golpe militar de 1936. Lo que fue colateral fue la guerra. La matanza fue lo sustancial. El golpe se lanzó para reprimir, para eliminar, para doblegar y para meter en cintura al obrerismo, a la modernidad y a la democracia española.

-¿Su libro es una denuncia, un documento histórico o un acto de justicia?

-Mi libro es un documento histórico, una investigación de 30 años. Responde a dos grandes motivaciones. Una, de tipo intelectual, de aportación al conocimiento y a la ciencia histórica. Yo mismo quise saber lo que pasó. La segunda, de tipo ético, de homenaje a las víctimas, de justicia histórica hacia las víctimas, de devolver la mención histórica a aquéllos a los que se negó su presencia en la Historia, y de contribución al memorial democrático de España. Por eso el libro está dedicado a los mártires de la democracia española en Córdoba.

-Es evidente que tanto su libro como sus declaraciones en esta entrevista crearán polémica.

-No tienen por qué. Y si crean polémica me trae sin cuidado. A estas alturas de la vida, como ya me ocurrió en 1982, 1985 y 1987, sólo me importó investigar la verdad y contarla, reconstruir los hechos y salvarlos del silencio y del olvido. Mi libro obedece a una gran honestidad intelectual y personal. ¿Quién se puede molestar? Los demócratas, no, desde luego, a no ser algún despistado. Sólo los antidemócratas pueden sentirse aludidos, o los verdugos, o los autores de crímenes de guerra. Tales posibles polémicas no me importan en absoluto.

-Usted está considerado como un pionero de la memoria histórica por publicar un libro sobre la guerra civil en Córdoba y la posterior represión franquista a mediados de los 80. Ahora tendrá más puertas abiertas para la investigación que entonces, cuando la democracia despertaba en España.

-Desde luego fui de los primeros en lanzarme, al comienzo de la Transición, a una reconstrucción histórica de este calibre. Nadie entonces se atrevía a esto. Sólo un maestro hacía algo parecido en La Rioja y dos estudiosos en Cataluña. Nadie más. Yo hacía entonces recuperación de la memoria histórica sin saberlo. Fue una especie de travesía del desierto, contra corriente y contra el pacto tácito de silencio de la transición. Mire si iba contra corriente que en el premio Díaz del Moral que me dieron en 1982 tuve dos votos negativos: el de Cuenca Toribio, por la Universidad de Córdoba, y el de Gómez Crespo, por la Real Academia de Córdoba. Estos organismos se cerraron en banda contra la memoria histórica y se escandalizaron. Yo me hice historiador con Tuñón de Lara y en el momento político de UCD. Le confieso que en aquellas fechas se accedía mejor a los archivos que ahora. Todo empezó a retroceder con Felipe González. Ahora los archivos militares de la represión están cerrados a cal y canto, mientras que en los años 90 se podía acceder a ellos relativamente bien.

-¿Por qué un buen día, en plena Transición española, un profesor de Historia como Francisco Moreno Gómez decide investigar sobre la guerra civil en Córdoba?

-Me puse a investigar en el verano de 1978, justo hace 30 años. Y empecé por el Registro Civil de mi pueblo, Villanueva de Córdoba. Y luego, todos los registros de la provincia y el de la capital, y los cementerios, y las prisiones, y todo lo que pude. Viví una experiencia intelectual apasionante. Cada día entonaba el eureka por los hallazgos que encontraba. Y recogía testimonios por doquier, por Córdoba, Madrid, Barcelona, Valencia… Busqué los testimonios por todas partes, puse incluso anuncios en la prensa, y logré unos contactos impresionantes. Hoy, todos mis testigos han muerto ya. Pero su lucha por la democracia española ha quedado en las páginas de este libro. He ahí mi gran satisfacción. Mereció la pena.

-Usted ha sido muy atacado por historiadores que le acusan de tomar partido en sus escritos. ¿Es posible ser objetivo al escribir sobre la guerra civil?

-Mi obra, mis libros, han sido muy valorados por estudiosos solventes: Tuñón de Lara, Josep Fontana, Paul Preston, Jackson, Helen Graham, Julio Aróstegui, Julián Casanova, Alberto Reig, Francisco Espinosa, Arcángel Bedmar, Juan Sisinio Pérez Garzón, etcétera. Sólo me ha protestado un grupito de academicistas y de mentalidades retro, con argumentos peregrinos, como ese Cáceres que me acusa de ser demasiado antifranquista. Todo ridículo. Para mí, lo esencial de la historia no es la objetividad. Lo esencial es la veracidad, el rigor y la documentación. Ésa es la clave. Si el yo del autor aparece o no es irrelevante. Al escribir sobre la guerra civil, lo que hay que ser es verídicos, rigurosos y documentados. Lo demás huelga.

-¿Es lo mismo memoria que historia?

-No es lo mismo memoria e historia. La memoria es materia prima para la historia, fuente testimonial. La historia es la elaboración científica de los hechos vividos por los seres humanos.

-Hace apenas un mes, en declaraciones a este periódico, usted le ofrecía su libro al juez de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón para documentar de forma concreta el número de desaparecidos en Córdoba durante la guerra. Parece que ahora no le van demasiado bien las cosas al magistrado.

-Mi reciente libro, con los datos del genocidio de Córdoba, constituye un material importante para el sumario iniciado por el juez Garzón sobre los crímenes del franquismo. Tengo audiencia pedida al juez y me acompañará el jurista Carlos Jiménez Villarejo, de la Comisión de Expertos. Es cierto que el juez se ha llevado un revés con la última decisión del plenario de la Audiencia Nacional. Pero la última palabra todavía no está dicha. Y la última palabra será la de las víctimas del franquismo y la de los demócratas españoles. Los hipócritas y los tardofranquistas esta vez no van a ser los vencedores.

-¿Entiende la postura del fiscal para paralizar las exhumaciones al alegar que si se hacen se pueden causar "daños irreversibles"?

-No es en modo alguno comprensible la postura de un fiscal así, ya que es una postura favorable a la impunidad y contraria a la esencia de la democracia. En este país hay muchísimo tardofranquista oculto. Y eso de los "daños irreversibles" es pura hipocresía. Equivale a lo de "reabrir las heridas". Resulta que homenajear a los mártires de la democracia es "daño irreversible" o "se reabren heridas". Creo que este ejercicio de cinismo no se ha dado así en ninguna parte del mundo.

-¿Hablar de la guerra civil significa "reabrir heridas que ya habían cicatrizado"? ¿Hay miedo a hablar sobre estos temas tanto a nivel político, como social o mediático?

-Hablar de la guerra civil no significa "reabrir heridas", argumento absurdo, sino reconstruir los hechos que el franquismo quiso borrar de nuestra historia, rellenar las páginas que el franquismo quiso dejar en blanco, a la vez que deshacer la historia falsa que el franquismo nos quiso legar, o lo que es lo mismo, desatar aquella historia falsa que el franquismo quiso dejar "atada y bien atada". Los historiadores de la democracia hemos derribado el muro de silencio del franquismo y el muro del miedo y la falsedad. Claro que hay todavía miedo, porque esa ha sido una de las grandes victorias de Franco: aniquilar a los demócratas a través del terror, del miedo, del silencio y del olvido.

-En su libro destaca que el negacionismo de la historia es un delito en bastantes países europeos, pero no en España. Si se modificara el Código Penal, ¿habría que condenar a mucha gente por estos hechos?

-Por supuesto que negar los crímenes del fascismo y del nazismo, así como su enaltecimiento, es un delito en varias democracias europeas. Sin embargo, en España se pueden negar las matanzas y se puede elogiar al gran dictador sin ningún tapujo. Son las cosas raras de España.

-¿Fue más cruenta la guerra civil en Córdoba que en otras provincias o es que es una zona muy estudiada?

-El genocidio franquista en Córdoba fue una catástrofe humanitaria. Mi libro lo cuantifica en un mínimo de 11.581 asesinados. Pero esto es un mínimo, porque he tenido que dejar en interrogación a bastantes pueblos. Pienso, sin miedo a equivocarme, que el franquismo se llevó por delante a 15.000 cordobeses, sin contar la mortandad de los frentes, el hambre, el exilio y otras muchas desgracias. Pero otras provincias igualan o superan a la de Córdoba, como Sevilla, Granada, Málaga, Badajoz, Zaragoza... Córdoba no fue una excepción en el genocidio español: fue sólo una pieza más en el programa de exterminio del golpe militar de 1936.

-Ha escuchado y escrito tantísimas historias sobre la guerra civil que su nivel de impacto y conmoción debe haber menguado. Todas estas historias son tristísimas, pero ¿Cuál es la que más le ha afectado?

-Me han impresionado muchísimas de las desgracias que el franquismo trajo a Córdoba, pero sobre todo la descomunal matanza que cayó sobre la capital, bajo el terror de Cascajo, del comandante Zurdo y del teniente coronel Bruno Ibáñez. Y sobre todo, la matanza de intelectuales cordobeses, el asesinato del poeta José María Alvariño, el escultor Enrique Moreno El Fenómeno, el librero Rogelio Luque, el director del Conservatorio Aurelio Pérez Cantero, profesores de la Escuela Normal, de la Veterinaria, maestros de Escuela de Córdoba, médicos como Ruiz Maya, Romera, Isla, Hombría, etcétera. Y entre ellos, el asesinato de un sabio de la épica, figura señera de la lucha antipalúdica entonces en España: el doctor Sadi de Buen Lozano. Sin duda, todo esto fue un crimen de lesa humanidad, una barbarie contra la cultura, la misma barbarie de origen nazi que se llevó por delante a Federico García Lorca.

-Todos los protagonistas de su libro tienen nombres y apellidos, tanto víctimas como verdugos. Hoy es fácil identificarlos, especialmente en los pueblos. ¿Se está encontrando con problemas?

-Nunca he tenido problemas por el hecho de dar nombres, porque los he dado primero con fundamento y segundo con valentía. No me he andado con gazmoñerías ni mojigaterías. La verdad da mucha fuerza al historiador.

-¿Conocemos nuestra historia o estamos condenados a repetirla?

Todavía no conocemos bien nuestra historia, la de los años 30 y los 40. Falta muchísimo por conocer. Afortunadamente, de Córdoba conocemos ya bastante, pero aún falta. Al menos nos podemos aproximar a la magnitud del genocidio franquista sufrido por los cordobeses, en cifras todavía mínimas: que el franquismo asesinó durante la guerra a un mínimo de 8.545 cordobeses, más otros 1.600 en la posguerra, más 220 maquis o guerrilleros en la sierra, más 160 civiles, enlaces de los guerrilleros, a los que se aplicó la Ley de Fugas, más los 300 cordobeses que se les dejó perecer en los campos nazis, más los 756 cordobeses a los que se exterminó por hambre en la prisión provincial de Córdoba, la mayoría en 1941. El conocimiento de todo esto nos ayuda a valorar lo que significa una democracia y lo que supone un golpe militar o una intentona fascista en un país como el nuestro.
Fuente: http://www.eldiadecordoba.es

Diego Higuera, RESEÑA BIOGRÁFICA


Nace en noviembre de 1.927. Como la guerra civil empezó en el año 36, dejó la escuela, y no volvió a ir más. Con trece años empieza como aprendiz en un taller de forja. Después trabaja en una fragua en el campo, y por enfermedad, le aconseja el médico que cambie de profesión.
Se hace Representante de Comercio. Hasta el final trabaja como Agente Comercial, que alterna como corresponsal de banco, y gerente de una fábrica de pantalones.
Prestó el servicio militar en el Regimiento de Carros de Combate Brunete 62, en Sevilla; Actuó como cabo primero y, voluntariamente, enseña a leer y escribir al grupo de analfabetos del Regimiento. Se disuelve éste, y pasa al Regimiento de Carros de Combate Alcázar de Toledo num. 1 en Campamento, Madrid.

Muy joven sintió vocación por la poesía y el teatro. Interpretó teatro clásico. Cofundador de la Peña Teatral Variedades, de innumerables éxitos.
Con el poeta Bartolomé Redondo fundó y promocionó los “JUEGOS FLORALES” en Villanueva de Córdoba, que llegaron, felizmente, a su décima edición.
Como locutor presentó en el Teatro Variedades, la noche de los sábados, las famosas “FIESTAS JAROTAS”, de artistas locales, registrando éste teatro los llenazos mas impresionantes de su historia.
En el Concurso Provincial de Arte celebrado en el desaparecido Teatro Duque de Rivas, de Córdoba, y organizado por la Orden Sindical Educación y Descanso, quedó finalista en el grupo de recitadores.
El 7 de marzo de 1.974, fue nombrado por la Real Academia de Ciencias, Bellas Letras y Nobles Artes de Córdoba, Académico Correspondiente en Villanueva de Córdoba. El día 13 de marzo de 1.975, pronunció su discurso de ingreso, seguido de un recital poético, en el salón de plenos del viejo ayuntamiento cordobés, donde entonces tenía su sede la Academia.
Durante mas de dos años colaboró en “Radio Villanueva”, presentando dos programas de radio semanales: “ENTRE BROMAS Y VERAS” y “AMIGOS DEL SÁBADO”.

En la televisión local “Videunión”, presentó dos programas semanales, con una duración de seis meses cada uno, titulados: “NUESTROS ARTISTAS”. El primero en diferido, que fue clausurado en la Plaza de Toros, cara al público. El segundo programa, televisado en directo.

Tiene once libros publicados, que comentaremos mas adelante. Dos de ellos editados por el Excmo. Ayuntamiento de Villanueva de Córdoba, se presentaron en la sala de actos de la Biblioteca Pública. En la Real Academia de Córdoba fueron presentados los poemarios: “LA FLOR DEL DESTINO” y “EL ESTRAMBOTE”, éste último fue presentado en la Plaza Elíptica de Madrid. “CUENTOS DEL PUEBLO”, y “ECOS DE CRISTIANDAD”, fueron presentados en el “Salón de Convivencia” y “Ateneo de Estudiantes”, respectivamente, de Pozoblanco. “555 DIEGUERIAS” fue presentado en el restaurante “Las Columnas” de Villanueva de Córdoba y en la Sala de Exposiciones de la Biblioteca Municipal de Pozoblanco, con la colaboración de Conrado Redondo.
Ha presentado y organizado cientos de actos culturales, recitales y sesiones con fines benéficos.

Creó tertulias literarias en “Los Cafés”, con ambiente íntimo y acogedor. Recitó en Villanueva de Córdoba, en los teatros: “Variedades” y “Español”. En Biblioteca: en todos los salones. En las iglesias: “San Miguel”, “San Sebastián”, “Cristo Rey”, “Obreras del Corazón de Jesús”. En los colegios: “Moreno de Pedrajas”, “San Miguel”, Instituto “La Jara”. En la “Plaza de Toros” y en el “Campo de Deportes San Miguel”, y en “Residencia Jesús Nazareno”. En la Plaza de España, etc..

En varias ocasiones pronunció el “Pregón de Semana Santa”, y el “Pregón de Feria”. Presentó varias conferencias. Colaboró escribiendo en la revista de Acción Católica “Unión”. En la revista de la “Junta de Cofradías de Semana Santa”. En la revista de la “Hermandad de la Virgen de Luna”. Y mas de medio siglo colaborando en la “Revista de Feria”.
Recitó en la mayoría de los pueblos de Córdoba, y en algunos pueblos de Ciudad Real. En pueblos de Cataluña, y Madrid.
En Córdoba actuó en un escenario al aire libre en la plaza del barrio de “Cañero”, en el ayuntamiento, teatro “Duque de Rivas”, salón de los mosaicos del “Alcázar de los Reyes Cristianos”, en el viejo centro penitenciario, tres veces, las dos últimas a petición de los reclusos.

El año 1.966 fundó un periódico mensual “Boletín Informativo de la Asociación de Cabezas de Familia, de Villanueva de Córdoba”. Éste periódico salió a la calle el primero de junio de 1.966. Desde ese día lo dirigió durante 17 años. A raíz de entonces se hizo cargo de la dirección Conrado Redondo, que lleva en la dirección 20 años. De una manera ininterrumpida el periódico cumplió 43 años el 1 de junio de 2.009. Diego Higuera siguió en la redacción y, hasta hoy, continua colaborando.
Fuente: Web oficial del autor: http://diegohiguera.orgfree.com

ENTREVISTA A TOMÁS MUÑOZ


Universal. Desde que salió de Villanueva de Córdoba, su vida ha sido una aventura en la que ha conocido a las voces más importantes.
“Julio Iglesias es el personaje español del siglo XX. Estoy hablando de cultura popular, es el número uno”

Tomás Muñoz, 70 años, ha dedicado su vida a buscar talentos de la canción. Durante sus 46 años de carrera –ha trabajado 12 en Hispavox y 34 en la multinacional Sony de Nueva York, antes CBS– ha descubierto a algunos de los artistas más populares y rentables: Raphael, Julio Iglesias, Karina, Los Pecos, Mari Trini, José Luis Perales, Miguel Bosé, Joaquín Sabina, Rubén Blades, Ricky Martin, Violeta Parra o El Puma. De su mano, todos ellos llegaron a ser grandes estrellas. En octubre, este cordobés recién retirado publicará sus recuerdos bajo el título “Memoria banal”.
MARÍA EUGENIA YAGÜE FOTOGRAFÍA DE CHEMA CONESA


P.Sus colegas le consideran el mayor descubridor de talentos de la música latina.
R.Se lo agradezco, pero me parecería pretencioso por mi parte creerlo. No se descubre lo que no existe. Lo que puede haber es sensibilidad y olfato para ver el talento que un artista lleva dentro. Ningún editor ha descubierto a Borges, ningún marchante es el inventor de Picasso.
P. Usted viene de Villanueva de Córdoba, de familia republicana y de izquierdas, su padre era técnico en minería, estudia Humanidades y Filosofía en un seminario de jesuitas y, sin embargo, acaba inventando a Karina.
R. Me fui a México para trabajar como administrativo en las minas de un tío mío. Y allí, un empresario vasco educado también en los jesuitas, me propuso dirigir una compañía de discos. Y acepté. Se llamaba Gamma y representaba a todas las casas internacionales importantes como Warner o Reprise. El primer artista que llevé fue Paul Anka. Y luego a Gilbert Bécaud, Domenico Modugno, Frankie Avalon… Me iba bien hasta que Hispavox, accionista de Gamma, me dio la posibilidad de volver a Madrid, pero a mí no me gustaba el sistema de trabajo en España. Comidas de tres horas y jornadas larguísimas hasta las diez de la noche. A mí me gusta irme a las seis, tener vida propia. Me hubiera hecho multimillonario, pero elegí la libertad. Cuando en ?967 me ofrecieron fundar la CBS en España, ganaba muchísimo menos dinero, pero era libre.
P. Y nada más llegar descubre a Raphael...
R. Me había llegado de la casa Barclay de Francia, un disco con un chico en la portada que posaba delante de Nôtre Dame. Creí que era un hijo de exiliados y lo escuché con devoción. Me quedé conmocionado. Era la suma de Miguel de Molina, Olga Guillot y esa música francesa que siempre nos ha gustado, Edith Piaff o Gilbert Bécaud. En la oficina les dije que había descubierto una bomba, “es El Cordobés de la canción, se llama Raphael”. Pero ya le conocían, había participado en el Festival de Benidorm y luego se había quedado en nada. “Es el que lleva el café, el office boy en el despacho del maestro Gordillo, en la Cuesta de Santo Domingo”, dijeron. Pero negociaron con Barclay, que nos lo traspasa por 500 dólares, aunque en el primer elepé, Waldo de Los Ríos no supo captar la parte agitanada y el desgarro de Raphael. Hasta que recuperamos su contacto con Manuel Alejandro y organizamos un recital en el teatro de la Zarzuela. Allí cantó y la gente deliraba. Era la primera vez que un artista actuaba en España solo en un escenario. Cantó lo mismo en Eurovisión y quedó en tercer lugar, pero daba igual, resultó una revelación internacional. Y marcó el primer récord de venta de discos en España, 300.000 copias en una sola semana, lo nunca visto.
P. Y usted le abre también las puertas de América Latina.
R. El 4 de abril de 1967 lo presento en un local de México, El Patio, donde había visto actuar a Judy Garland y Edith Piaff. Raphael empieza a actuar y consigue que El Patio se venga abajo. Ningún español después de Manolete había suscitado una pasión popular como la que levantó Raphael allí. Al camerino venían cada noche María Félix, Cantinflas, los hijos del presidente de la república… Raphael se hizo el mayor ídolo de la música en toda América Latina. Y en Chile, una de sus canciones se convirtió en un crack, pero él no sabía por qué.
P. ¿Cuál era el secreto de ese éxito?
R. La letra decía, “siempre estás diciendo que te vas, y no te vas, y no te vas...”, aparentemente se trataba de una disputa amorosa, pero no, estaba dedicada a Pinochet. En Chile se vendieron miles de copias, y el dictador sin enterarse del mensaje.
P. ¿Era más cantante o artista?
R. Para mí, el atractivo y el éxito de Raphael, o de Julio Iglesias, o de Sabina, de cualquier artista, está en su personalidad, no en el cantar y ni siquiera en la música. La clave es que comunique, que seduzca, que sus letras digan algo. Yo nunca he escuchado discos de Raphael, ni de Julio Iglesias o Lola Flores, que me parecía un personaje inmenso. En mi casa o en el coche, sólo escucho música de Bach y ahora estoy redescubriendo a Mozart. Los cantantes me atraen por su personalidad, no por la música. Siempre he
creído que un mensaje con dignidad a la gente le llega.
P. Nadie además de usted daba un duro por Julio Iglesias.
R. Cuando me incorporo a la oficina de Madrid en 1968 me dijeron que tenían un chico que andaba con muletas y se me hizo raro un cantante así. Le dieron la libertad y se lo llevó Columbia. Y aquel muchacho tiró un día las muletas y se hizo amigo del presidente Sadam de Egipto. A Menem le daba consejos de economía, “Carlitos, tú tienes que hacer esto y lo otro”, logra la simpatía de un personaje tan difícil como Sinatra. Collor, el presidente de Brasil, lo recibe con la banda tocando Hey. Ha tenido la admiración de Bush padre, la amistad de Bill Clinton. Julio tenía un don para los grandes personajes: en Uzbekistán le esperaba el presidente al pie del avión. Julio Iglesias es el personaje español del siglo XX.
P. ¿No exagera?
R. Ya sé, ya sé que parece una blasfemia no hay que confundir popularidad mundial con el valor cultural. Claro que Picasso y García Lorca son los dos grandes valores culturales del siglo XX español. Estoy hablando de cultura popular, y en ese sentido Julio ha sido el número uno.
P. Dicen que no ha sido un buen padre.
R. Es no conocerle. Lo dirá él por pura humildad. Julio tiene contradicciones, es imperfecto, gracias a Dios, pero es una persona sumamente generosa. Y a sus hijos los adoraba. Mientras él cantaba los cuidaban su madre y una tata, pero siempre estaba pendiente de ellos. Recuerdo que recién separado de Isabel Preysler, vino a Madrid y se trajo a los niños a su habitación del hotel Eurobuilding. Dormían los cuatro en la misma cama, para tenerlos cerca. Y se los llevó a ver a los Reyes al Palacio de la Zarzuela, que le recibían, encantados de ver el nombre de Julio Iglesias en cada país que visitaban por el mundo. Don Juan Carlos y la Reina les besaron y les dijeron que fueran a bañarse a la piscina con sus hijos cuando quisieran. Me impactó su amabilidad.
P. ¿Aquellas letras de entonces reflejaban de verdad su desastre matrimonial?
R. Estaba muy enamorado de Isabel Preysler, nunca se hubiera separado de ella. Y con el tiempo, Isabel ha demostrado que es una mujer muy sólida, de inteligencia superior al haber sobrevivido al personaje de Julio. Hoy, Miranda es la mujer de su vida, una chica fantástica que le entiende como nadie.
P. ¿Y cómo es que usted no llevó la carrera de Enrique?
R. No me va, yo creo mucho en las virtudes morales, hay que ser fiel a quien te dio la vida y te pagó el colegio. No me gustó su velocidad ni sus pretensiones.
P. Pero hay sitio para dos Iglesias en la
música.
R. Enrique quería ocupar el puesto de su padre. Además, creo en la originalidad y en la fuerza propia, no me gustan los trucos.
P. ¿Cómo llegó Julio tan arriba?
R. Él estaba en el hospital paralizado por aquel accidente de coche y veía morir a los viejos y llorar a los niños recién nacidos, pero la vida seguía . Y así, con una guitarra, compuso allí mismo La vida sigue igual, más tarde la cantó en Benidorm y así empezó. Luego yo lo lancé en España con Hey, que es cuando se hace grande.
P. El que se le escapó de verdad fue Alejandro Sanz.
R. Muy a pesar mío. Fui el primero que le escuchó, me acerqué a Sanlúcar a conocerle y vi que tenía esa sonrisa franca y limpia, la del medio millón de dólares, que en Estados Unidos significa que llegaría donde quisiera. Y se lo dije. Yo apostaba por él, pero la compañía no estaba por la labor. Y luego ya ve usted…
P. ¿Cuál fue su descubrimiento sorpresa?
R. Muchos, porque como le decía, me han movido las emociones, el carisma de los personajes. Un día escuché a la puerta de El Corte Inglés a un tipo que cantaba de rodillas la historia de El Jaro, un ladrón de coches que le pegaban dos tiros. Me quedé fascinado y poco después ya estaba en el despacho firmando un contrato. Pero nos dijo que la letra no era suya, que la cantaba en un bar de la calle Vallehermoso un tal Joaquín Sabina. Fuimos aquella misma noche a escucharle. Luego vino todo lo demás.
P. ¿Y ahora tira usted la toalla?
R. Ni mucho menos. Acabo de crear mi propia compañía, pequeña, modesta, TMMM, es la que editará mis memorias, también podría producir musicales y hacer discos. Raphael ya quiere que nos pongamos a trabajar. Pero no sé lo que haré…
P. Alguna vez ha dado la impresión de que usted y Emilio Stefan, tan ligado a la que ha sido su compañía, no tienen tan buenas relaciones.
R. Me siento orgulloso de la antipatía que ha manifestado hacia mí. Yo respeto a los street boys como él, pero no pueden imponernos su dictadura a los que practicamos la libertad cultural. Se sienten humillados por la cultura y lo llevan mal.
Viajero, romántico y esteta


Tomás Muñoz, que compensa su soltería con amigos sinceros, tiene casas en Nueva York, la ciudad que no dejará nunca; otra frente al mar de Río de Janeiro, donde trabajó unos años, y un piso en Miami, capital de la música latina, pero vuelve a la “suite” de un hotel de Madrid cada año, para ver a su familia. Y desde España salta a Europa, donde recuerda a su amigo Julio Cerón, paladín irreductible del inconformismo y la libertad. O visita las tumbas de personajes que ha admirado siempre. Cayó de rodillas ante la de Borges en Ginebra, lloró en Colliure recordando versos de Machado. Quiso leer el epitafio de Kazantzakis en Creta y anda planeando ya visitar la de Kavafis en Alejandría. Y es que a este descubridor de talentos de la música ligera, que también cerraba los ojos a los muertos junto a Teresa de Calcuta, le interesan más los textos que las melodías. Admira más al hombre que al cantante. Y considera que la estética es sinónimo de principios morales.
Fuente:http://www.elmundo.es

lunes, 26 de julio de 2010

Juana Castro, RESEÑA BIOGRÁFICA


Poeta española nacida en Villanueva de Córdoba en 1945.
Es profesora especialista en Educación Infantil y miembro correspondiente de la Real Academia de Córdoba de Ciencias, Bellas Letras y Nobles Artes.
Colabora en diversos medios literarios como articulista y crítica literaria, además de co-traductora de poesía italiana.
Ha obtenido importantes premios en el campo de la poesía y la narrativa entre los que se destacan: Premio Juan Alcaide en 1985 por «Paranoia en otoño», Premio Juan Ramón Jiménez por «Arte de cetrería» en 1989, XI Premio Carmen Conde por «No temerás» en 1994 y el Premio San Juan de la Cruz por «El extranjero» en el año 2000.
Recibió además el premio Carmen de Burgos por sus artículos periodísticos y los premios de Periodismo del Instituto de la Mujer en Madrid 1984 y Meridiana del Instituto Andaluz de la Mujer en 1998 por su trayectoria.
El resto de su obra está contenida en «Cóncava mujer», «Del dolor y las alas», «Narcisia», «Alta traición», «Alada mía» y «Del color de los ríos».

Libros Poesía:

* Cóncava mujer, Córdoba, Zubia, 1978; 2ª ed.: Córdoba, Müsu, 2004.
* Del dolor y las alas, Villanueva de Córdoba, Ayuntamiento, 1982.
* Paranoia en otoño, Valdepeñas, Ayuntamiento, 1985 (Premio Juan Alcaide, 1985).
* Narcisia, Barcelona, Taifa, 1986.
* Arte de cetrería, Huelva, Diputación, 1989 (Premio Juan Ramón Jiménez, 1989); 2ª ed.: Madrid, La Palma, 2004.
* Alta traición, Fernán Núñez, Jorge Huertas, 1990.
* Fisterra, Madrid, Libertarias-Prodhufi, 1991 (1ª ed.: Regreso a Géminis, Algeciras, Fundación José Luis Cano, 1991).
* No temerás, Madrid, Torremozas, 1994 (Premio Carmen Conde, 1994).
* Del color de los ríos, Ferrol, Esquío, 2000.
* El extranjero, Madrid, Rialp (Adonais), 2000 (Premio San Juan de la Cruz, 2000).
* La jaula de los mil pájaros, Málaga, Rafael Inglada, 2004.
* Los cuerpos oscuros, Madrid, Hiperión, 2005 (Premio Jaén, 2005).

Antologías poéticas

* Alada mía. Antología 1978-1994, ed. Pedro Ruiz Pérez, Córdoba, Diputación, 1996.
* Venere allo specchio, trad. Emilio Coco, Vinelli, San Giovanni Rotondo, 1988.
* Volo cieco, trad. Emilio Coco, Bari, Levante, 1990.
* Memoria della luce, trad. Emilio Coco, Bari, Levante, 1996.
* Calice e altre poesie, trad. Alessandro Ghignoli, Pistoia, Via del Vento, 2001.
* Agridulce, Cádiz, Aula de Literatura José Cadalso, 2002.
* Pañuelos del aire, Córdoba, CajaSur (Los Cuadernos de Sandua), 2004.

Otros géneros

* Válium 5 para una naranjada, Córdoba, Diputación, 1990.
* Veinticinco años de poesía en Italia (De la neovanguardia a nuestros días), en colaboración con Emilio Coco, Córdoba, Fundación Cultura y Progreso, 1990.
* El Patrimonio, poema del tiempo [fascículo], col. Córdoba, 2, Diario Córdoba / CajaSur, 1997, pp. 101-120.
* «Las tres mosqueteras», en AA. VV., 27 narradores cordobeses, Málaga, Centro Cultural Generación del 27, 1999, pp. 67-74.
* «Cántico de Córdoba», en AA. VV., Crónica de un sueño. Memoria de la transición democrática en Córdoba (1973-83), Málaga, C-T Editores, 2004, pp. 120-127.

Bartolomé Valle Buenestado, RESEÑA BIOGRÁFICA


Bartolomé Valle Buenestado, Catedrático de Geografía de la Universidad de Córdoba nacido en Villanueva de Córdobaen 1951.

Estudió Geografía e Historia en Granada con premio extraordinario Fin de Carrera. Está casado con la también profesora Ana Padilla Mangas.

Científico de sólida formación humanística e histórica,uno de los nombres propios de la Geografía andaluza.Fue Decano de la Facultad de Filosofía y Letras entre 1989 y 1997. Especialista en Geografía Física y Urbana y Análisis Geográfico Regional. Director de numerosos grupos de trabajo de Geografía Rural. Experto en el Valle de los Pedroches -paisajes, cultura, agricultura, ganadería, caza, dehesas, economía-, tiene numerosas publicaciones al respecto.

Bartolomé Valle debe su amor a la naturaleza al medio rural en que nació, y a su abuelo, que bien podría estar sacado de una novela de Delibes. Pero la afición oculta y frustrada de nuestro ilustre "jarote" son los toros. Quiso ser torero, ha participado en capeas y ha creado la cátedra de Taurología de la Universidad de Córdoba. Gran aficionado a la astronomía, reúne las cualidades de ser en pleno siglo XXI, como don Diego Torres de Villarroel en el siglo XVIII: científico, geógrafo, historiador, catedrático, torero y astrónomo.

Miembro del Ateneo de Córdoba y constante colaborador de la institución. Componente del consejo de dirección de la obra Los andaluces del siglo XX y responsable de la sección de Tauromaquia. En 2004 recibió el homenaje de la institución ateneista, con la Fiambrera de Plata, por decisión del jurado correspondiente.

En 2006 fue nombrado secretario general de la Universidad Internacional de Andalucía.

* Recibió la Fiambrera de Plata del año 2004 concedida por el Ateneo de Córdoba.


Publicaciones

* Geografía agraria de los Pedroches, Diputación de Córdoba, 1985
* Campos abiertos y campos cerrados en Los Pedroches, Estudios geográficos 1986
* Aprovechamiento y gestión de la caza en España. Una reflexión a propósito de los cercados cinegéticos, 1991
* La ganadería cordobesa: evolución reciente y tendencias actuales en el medio rural español, 1992
* Integración agraria e independencia agrícola de la ganadería cordobesa en el siglo XX, 1994
* Los paisajes agrarios del norte de Córdoba: Sierra Morena y Los Pedroches, 1995
* La dehesa como elemento del paisaje ibérico. Su significado ecológico, histórico y agrario, 1997

Fuente: Cordobapedia.